5.11.13

Remember, remember, the fifth of November

Hablemos de lugares.
Hace ya tiempo que entré en un mundo mágico, en el que los límites de la imaginación solo se establecían cuando tu mente se cerraba a ellos. Un mundo virtual pero no por ello menos real. Un mundo al alcance de todos, un mundo en el que una cría podía refugiarse fácilmente de los problemas que la rodeaban y que asomaban de vez en cuando por su cabeza. Pero lo que hace que ese mundo sea mágico no es el lugar, son las personas. Las personas mágicas que allí encuentras, personas como C.

Hablemos de C.
Vivaz, elocuente, divertida y con una comicidad impresionante. Con una capacidad de escritura que puede robarte el aliento y una familiaridad que llega al corazón, C es una persona con la que enseguida te sientes a gusto. Como todos, también se enfada y de hecho, tiene un sentido crítico que saca a la luz de cuando en cuando. He ido adquiriendo una capacidad para deducir si está molesta o no, porque aunque lo encubra, yo lo noto. Puede que nos parezcamos en eso. C es maravillosa y más profunda de lo que aparenta normalmente. Con C he compartido cartas, mensajes, aventuras, vídeos y sueños, pero nunca abrazos; así que supongo que no es hipster quejarse por la distancia que nos separa, que lleva impidiendo que nos veamos durante casi tres años. Y, la verdad, me estoy cansando de ser tan cabrona con gente como ella. Porque si ella es la C de Chachi yo soy la P de Puta, y es normal, me lo merezco. Porque acabo apartando a toda la gente que me importa, porque me distancio y pierdo el norte, y si ellos no vienen a buscarme una y otra y otra y otra vez, ya no los encuentro (Soy así, C, lo sabes. De verdad que lo siento). Normal que acaben pasando. Pero lo que no saben ellos es que no me olvido de los que pasan por mi vida siendo un capítulo y no un triste párrafo. El caso es que estuve pensando en qué hacerle a C por su cumpleaños, el cuál fue el pasado 31 de Octubre. No quise dejar pasar la oportunidad de arreglar un poco nuestra falta de comunicación estos dos últimos meses. Terminé por decidirme en que lo mejor era esto y otra cosa, que llegará, aunque no sé cuándo.


(Hasta ese momento, se despide: Pom )


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