1.10.13

Hey, brother

Qué pasaba con los que no podían moverse cuando empujaban, qué pasaba con los que, lejos de desgarrar y romper, bajan la cabeza y lo vuelven a intentar. Agrio se los come. Agrio se come a los Dulces.
—Dorian, o-oye.
—Qué. —Dime. Cuéntame.
—Tú... ¿tú crees que soy estúpida? —Day andaba agarrada a su carpeta, pegada al cuerpo, mirando al suelo. Era una buena manera de ocultar las heridas de sus brazos. Cuatro años y ya había aprendido eso.
—No lo dirás por lo de antes, ¿verdad? Sabes que bromeaba.
— ¡Oh! —Se rió—. No, no, n-no, claro que no. Es que algunas chicas me lo dicen en el cole.
Dorian se detuvo en medio de la calle, arrodillándose para mirar a su hermana a los ojos, y atarle los cordones de sus zapatillas destrozadas.
—Escúchame. El que te llama eso es el verdadero estúpido. No tienen ni idea de quién eres. Tú mándalas... —trató de buscar un destino poco fuerte para la niña— a la órdiga. No son bienvenidas, ni siquiera sabrán jugar al escondite tan bien como tú. —Day soltó la carpeta, abriendo los brazos con gesto interrogante. En busca de aprobación—. Anda, ven aquí.
Los dos hermanos se unieron en un abrazo, ahí, sin importarles la gente que pasara. Porque se daban pocos. Day se levantó, con ánimo renovado, y fuerza para lidiar la lucha unos meses más. O unos años, lo que fuera.
—De esto ni una palabra a Chris, ¿eh? 
—Ni u-una.
Agrio se come a los Dulces, sí, pero los Dulces siempre pueden alargar el momento. Siempre un poco más.


(oh, if the sky comes falling down
for you, there's nothing in this world I wouldn't do)

1 comentario:

  1. Esta tía es lo mejor del mundo. Humanidad pura, alegría. Tía, Day me encanta.

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